Muchas veces desde pequeños nos enseñaron a seguir unas normas que nunca se debían de romper, ahora al hacernos mayores las llevamos a cabo y cuando deseamos algo nos quedamos quietos pensando que "NO PODEMOS HACERLO"
La única manera de saber si "PODEMOS O NO", es intentarlo todas las veces que lo necesitemos y, como dice Jorge Bucay, en cada intento poner todo nuestro corazón.
Descubrí a este médico psiquiatra argentino a través del tito Raúl, hace ya algunos años, el tito es psicólogo y él se ha leído todos sus libros, me los dejó y leí unos cuantos, me parece muy bueno, a mí me ha ayudado muchas veces a reflexionar sobre muchas cosas.
Aquí os dejo uno de sus cuentos, ya os iré dejando muchos más:
“EL ELEFANTE ENCADENADO”
Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales.
También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante.
Durante su función, hacia despliegue de su tamaño y fuerza.....pero una vez terminado, el elefante quedaba sujeto tan solo por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
El misterio era evidente ¿Como un animal tan grande se quedaba sujeto sin moverse atado tan solo a un trozo de madera?, lo que estaba claro es que el animal no quería huir, podía con toda seguridad ser capaz de arrancar un árbol de cuajo, y con mas facilidad arrancar la estaca y....huir.
Un día pregunté por el misterio del elefante y me dijeron que el elefante estaba amaestrado....
pero si está amaestrado ¿porqué lo encadenan?.
Nadie me contestó ni me dieron una respuesta coherente.
Al cabo de unos años alguien podía contestarme a esa pregunta.
EL ELEFANTE NO ESCAPA PORQUE HA ESTADO ATADO A UNA ESTACA DESDE QUE ERA MUY PEQUEÑO.
Cerré los ojos y me imaginé al pequeño elefante intentando soltarse, y a pesar de su esfuerzo no pudo, se habría acostado agotado para volver a intentarlo el día siguiente, al otro y también al que seguía....
Hasta que un día el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Ese elefante enorme, que vivía en el circo, no escapaba porque creía-pobre-que NO PODIA.
El tiene su registro y recuerda su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que nunca se volvió a cuestionar seriamente ese registro.
Jamás.....Jamás.....intentó poner a prueba su fuerza otra vez.
Todos somos un poco como ese elefante de circo, vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad.
Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos", simplemente porque alguna vez, cuando pequeños, probamos y no pudimos....Hicimos lo que el elefante, grabarnos en nuestro recuerdo...NO PUEDO.....NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ.
Como mucho, de vez en cuando sentimos los grilletes, hacemos sonar las cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma.
“NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ"
La única manera de saberlo, es intentarlo una y otra vez y poniendo en cada intento el corazón, como dice Jorge Bucay.
miércoles, 26 de agosto de 2009
El elefante encandenado
Publicado por Sonia en 9:00
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario