Sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos.




martes, 11 de agosto de 2015

Qué pobres somos...

Una vez, un padre de una familia acaudalada llevó a su hijo a un viaje por el campo con el firme propósito de que viera cuán pobres eran las gentes del campo.

Estuvieron por espacio de un día y una noche completa en una granja de una familia campesina muy humilde.

Al concluir el viaje y de regreso a casa, el padre le pregunta a su hijo:

“¿Que te pareció el viaje?” – preguntó el padre.

“Fue fantástico Papá!” – dijo el hijo

“¿Viste qué tan pobre puede ser la gente?” – preguntó el padre

“¡Oh, sí!” – dijo el hijo

“Y… ¿qué aprendiste?” – preguntó el padre

El hijo contestó:

“Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro.”

“Nosotros tenemos una piscina con agua estancada que llega a la mitad del jardín… y ellos tienen un río sin fin, de agua cristalina, donde hay pececitos y otras bellezas.”

“Que nosotros importamos lámparas del Oriente para alumbrar nuestro jardín… Mientras que ellos se alumbran con la luna y las estrellas.”

“Que nuestro patio llega hasta la pared de la casa del vecino, ellos tienen todo el horizonte de patio.”

“Tenemos un pequeño pedazo de tierra para vivir y ellos tienen campos que van más allá de nuestra vista.”

“Que nosotros compramos nuestra comida… Ellos, siembran y cosechan la de ellos.”

“Nosotros cocinamos en estufa eléctrica… Ellos, todo lo que comen tiene ese glorioso sabor del fogón de leña.”

“Para protegernos nosotros vivimos rodeados por un muro, con alarmas… Ellos viven con sus puertas abiertas, protegidos por la amistad de sus vecinos.”

“Nosotros vivimos conectados al celular, a la computadora, al televisor… Ellos, en cambio, están “conectados” a la vida, al cielo, al sol, al agua, al verde del valle, a los animales, a sus siembras, a su familia.”

“Especialmente papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia. Tú y mamá tienen que trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo y rara es la vez que conversan conmigo.”

El padre se quedó mudo… y su hijo agregó:

“¡Gracias Papá por enseñarme lo pobres que somos!”




sábado, 8 de agosto de 2015

¿Cómo se sale de Roma?

Si todos los caminos llevan a Roma...¿cómo se sale de Roma?
A veces pensamos demasiado y sentimos muy poco.

Mi abuelo siempre decía que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida hará lo imposible por estar en ella, aunque en cierto modo perdamos entre pantallas el valor de las miradas, olvidando que cuando alguien nos dedica su tiempo nos está regalando lo único que no recuperará jamás.


Y es que la vida son momentos ¿sabes?, yo ahora estoy aquí pero mañana, mañana no lo sé, así que quería decirte que si alguna vez quieres algo, si quieres algo de verdad...ve por ello, sin mirar atrás, mirando al miedo de frente y a los ojos, entregándolo todo y dando el alma, sacando al niño que llevas dentro, ese que cree en los imposibles y que daría la luna por tocar una estrella.


Así que, no sé que será de mí mañana, pero este sol siempre va a ser el mismo que el tuyo.

Que los amigos son la familia que elegimos y yo te elijo a ti, te elijo a ti por ser dueño de las arrugas que tendré en los labios de vieja, que apuesto fuerte por todos estos años a tu lado, por las noches en vela, las fiestas, las risas, los secretos y los amores del pasado, tus abrazos, así porque sí, sin venir a cuento, ni tener por qué celebrar algo.

Y es que, en este tiempo, me he dado cuenta de que los pequeños detalles son los que hacen las grandes cosas.

Que tú has hecho infinito mi límite, así que te doy las gracias por ser la única persona capaz de hacerme llorar riendo.

Por aparecer en mi vida con esa sonrisa loca, por ese brillo en los ojos capaz de pelear contra un millón de sutnamis, así que no, no sé donde estaremos dentro de 10 años, ni sé cómo se sale de Roma, no te puedo asegurar nada, pero te prometo que pase lo que pase, estés donde estés, voy a acordarme de tí toda la vida, y por eso mi luna va a estar siempre contigo, porque tú me enseñaste a vivir cada día como el primer día del resto de mi vida y eso, eso no lo voy a olvidar nunca...








viernes, 7 de agosto de 2015

El viaje a Ítaca.

Porque nuestra vida es un viaje a la Ítaca personal y al final del viaje seremos sólo aquello que hayamos sido capaces de aprender.


Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.

No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.

Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.

Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.

Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.

Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.

Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.

No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.

Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.

Kavafis

miércoles, 5 de agosto de 2015

La madurez emocional

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Carta de la vida a la madurez emocional

Después de algún tiempo… 
Aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un almaAprenderás, que amar no significa apoyarse y que compañía, no siempre significa seguridad. Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos ni promesas.
Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto. Aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para tus proyectos y, el futuro, tiene la costumbre de caer en el vacío.

Después de un tiempo…

Aprenderás, que el Sol quema si te expones demasiado. Aceptarás que incluso las buenas personas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas.
Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma. Descubrirás que lleva años construir confianza; y apenas unos segundos destruirla, y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de tu vida.
Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias; y que no importa que es lo que tienes, sino a quien tienes en la vida y que los buenos amigos, son la familia que nos permiten elegir.

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Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que lo amigos cambian. Te darás cuenta de que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa; o, simplemente, nada, solo por el placer de disfrutar su compañía.
Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan; por eso, siempre debemos decir a esa persona que la amamos, porque nunca estaremos seguros de cuándo será la última vez que la veamos.

Según pasen los años…

Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tiene influencia sobre nosotros, pero que nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos.
Comenzaras a aprender que no debemos compararnos con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar. Descubrirás que lleva mucho tiempo llegar a ser la persona que quieres ser y que el tiempo vuela.
Aprenderás que no importa donde llegaste, sino a donde te diriges; y, si no lo sabes, cualquier lugar sirve. Aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlan y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuán delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados.

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Con el paso del tiempo…

Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario enfrentando las consecuencias.
Aprenderás que la paciencia, requiere mucha práctica. Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que ayuden a levantarte. Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de la experiencia, que con los años vividos.
Aprenderás que hay mucho más de tus padres en ti de lo que supones. Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes. Además, sería una tragedia si lo creyese, porque le estarías quitando la esperanza.
Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho a ser cruel.
Descubrirás que solo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman pero no saben cómo demostrarlo. No siempre es suficiente ser perdonado por alguien; algunas veces, tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo.

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Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y, en algunos momentos, condenado.
Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles.
Aprenderás que el tiempo no es algo que puedes volver hacia atrás; por lo tanto debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores.
Entonces, y solo entonces, sabrás realmente lo que eres capaz de soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas, cuando creías que no se podía más. Es que realmente la vida vale, cuando tienes el valor de enfrentarla”.

 
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