Sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos.




miércoles, 26 de agosto de 2009

El elefante encandenado

Muchas veces desde pequeños nos enseñaron a seguir unas normas que nunca se debían de romper, ahora al hacernos mayores las llevamos a cabo y cuando deseamos algo nos quedamos quietos pensando que "NO PODEMOS HACERLO"

La única manera de saber si "PODEMOS O NO", es intentarlo todas las veces que lo necesitemos y, como dice Jorge Bucay, en cada intento poner todo nuestro corazón.


Descubrí a este médico psiquiatra argentino a través del tito Raúl, hace ya algunos años, el tito es psicólogo y él se ha leído todos sus libros, me los dejó y leí unos cuantos, me parece muy bueno, a mí me ha ayudado muchas veces a reflexionar sobre muchas cosas.

Aquí os dejo uno de sus cuentos, ya os iré dejando muchos más:


“EL ELEFANTE ENCADENADO”



Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales.

También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante.

Durante su función, hacia despliegue de su tamaño y fuerza.....pero una vez terminado, el elefante quedaba sujeto tan solo por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.

El misterio era evidente ¿Como un animal tan grande se quedaba sujeto sin moverse atado tan solo a un trozo de madera?, lo que estaba claro es que el animal no quería huir, podía con toda seguridad ser capaz de arrancar un árbol de cuajo, y con mas facilidad arrancar la estaca y....huir.

Un día pregunté por el misterio del elefante y me dijeron que el elefante estaba amaestrado....

pero si está amaestrado ¿porqué lo encadenan?.

Nadie me contestó ni me dieron una respuesta coherente.

Al cabo de unos años alguien podía contestarme a esa pregunta.

EL ELEFANTE NO ESCAPA PORQUE HA ESTADO ATADO A UNA ESTACA DESDE QUE ERA MUY PEQUEÑO.

Cerré los ojos y me imaginé al pequeño elefante intentando soltarse, y a pesar de su esfuerzo no pudo, se habría acostado agotado para volver a intentarlo el día siguiente, al otro y también al que seguía....

Hasta que un día el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.

Ese elefante enorme, que vivía en el circo, no escapaba porque creía-pobre-que NO PODIA.

El tiene su registro y recuerda su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que nunca se volvió a cuestionar seriamente ese registro.

Jamás.....Jamás.....intentó poner a prueba su fuerza otra vez.

Todos somos un poco como ese elefante de circo, vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad.

Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos", simplemente porque alguna vez, cuando pequeños, probamos y no pudimos....Hicimos lo que el elefante, grabarnos en nuestro recuerdo...NO PUEDO.....NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ.

Como mucho, de vez en cuando sentimos los grilletes, hacemos sonar las cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma.
“NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ"

La única manera de saberlo, es intentarlo una y otra vez y poniendo en cada intento el corazón, como dice Jorge Bucay.


0 comentarios:

 
Template by suckmylolly.com - header candies by Tayoindesign