Sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos.




jueves, 7 de mayo de 2009

Disneyland 2008



Esta semana hace un año que fuimos a ver la casa de Mickey Mouse, vamos que hace un año que estábamos en Disneyland París.




Cogimos el avión un 5 de mayo por la mañana y estuvimos hasta el día 8 allí.


Antes de coger el avión tuvimos un pequeño percance en el aeropuerto, estábamos desayunando, bueno al menos eso es lo que íbamos a hacer antes de que Noa nos tirara encima los dos cafés y uno de los zumos de naranja.

Muy amablemente la persona de la cafetería nos repuso los cafés sin coste alguno y después del desaguisado pudimos, por fin, tomar ese desayuno e irnos a los servicios a lavarnos un poco la ropa y secarla con el secador de pelo.

Después del estress del desayuno conseguimos coger el avión y afortunadamente Noa fue dormida las dos horas y media que duró el viaje.

Iara estuvo también entretenida con unos cuantos juguetes que se encargó elpapy de llevarla para que no diera mucho la lata la mujercilla.



Iara lo pasó fenomenal y Noa también, lo que pasa es que era aún muy pequeña y no disfrutó tanto como Iara.



Nos hizo un tiempo estupendo, de pleno verano, y nos pasamos los 4 días paseando por el parque.



Aquí os pongo unas fotos para que veáis lo bonito que es.






A mí me encanta, es como entrar en un cuento, mucha gente, sobre todo los niños, van disfrazados, Iara, como no, tuvo que comprarse un disfraz de campanilla para hacer los honores al parque.









Iara con Daisy:








Fueron 4 días muy divertidos, aunque también muy cansados.



El hotel donde estábamos alojados era muy chulo, de princesas, y en los desayunos aparecían los muñecos de Disney para firmar autógrafos y hacer fotos.



Si os fijáis, en la foto con Daisy, Iara lleva en la mano la libreta y el boli para que le firme!!!



Otro año volveremos a ir, cuando Noa sea algo más mayor y se entere de todo, para que ella también, como Iara, tenga su libreta de autógrafos firmada.





Aquí podéis ver a Noa en la habitación del hotel, la decoración era preciosa, y Noa estuvo a punto de caerse de las camas varias veces, pero ella seguía empeñada en dar vueltas de un lado a otro.




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